septiembre 2012 | GRUPO KEPLER - ASESORÍA CIENCIAS BÁSICAS

sábado, 1 de septiembre de 2012

HIDRÓSFERA

La Hidrósfera

 Formación del agua
Cuando la Tierra se fue formando, hace unos 4.600 millones de años, las altas temperaturas hacían que toda el agua estuviera en forma de vapor. Al enfriarse por debajo del punto de ebullición del agua, gigantescas precipitaciones llenaron de agua las partes más bajas de la superficie formando los océanos. Se calcula que unas decenas o cientos de millones de años después de su formación ya existirían los océanos.

Distribución del agua en la Tierra.
Casi la totalidad del agua se encuentra en los mares y océanos en forma de agua salada. De las aguas dulces la mayor parte está en forma de hielo y en aguas subterráneas. El agua situada sobre los continentes y la que está en la atmósfera son las cantidades proporcionalmente menores, aunque su importancia biológica es grande. 
Distribución del agua
Agua líquida oceánica
1322 x 106 km3
Agua sólida oceánica 
26 x 106 km3
Epicontinentales1
225.000 km3
En la atmósfera 
12 000 km3
Aguas subterráneas2
2-8 x 106 km3


1) En las aguas epicontinentales se incluyen el mar Caspio, el Aral y el mar Muerto, además de lagos, ríos, etc.
2) Se da una de las muchas estimaciones que se suelen hacer para estas aguas, porque calcular su cantidad es muy difícil.

Ciclo del agua

El agua permanece en constante movimiento. El vapor de agua de la atmósfera se condensa y cae sobre continentes y océanos en forma de lluvia o nieve. El agua que cae en los continentes va descendiendo de las montañas en ríos, o se infiltra en el terreno acumulándose en forma de aguas subterráneas. Gran parte de las aguas continentales acaban en los océanos, o son evaporadas o transpiradas por las plantas volviendo de nuevo de nuevo a la atmósfera. También de los mares y océanos está evaporándose agua constantemente. La energía del sol mantiene este ciclo en funcionamiento continuo.

Representación esquemática del ciclo del agua
ciclo del agua
1) Precipitación: Transporte a través de la atmósfera de las nubes hacia el interior con un movimiento circular, como resultado de la gravedad, y perdida de su agua cae en la  tierra. Este fenómeno se llama lluvia o precipitación.
2) Infiltración: El agua de lluvia se infiltra en la tierra y se hunde en la zona saturada, donde se convierte en agua subterránea. El agua subterránea se mueve lentamente desde lugares con alta presión y elevación hacia los lugares con una baja presión y elevación. Se mueve desde el área de infiltración a través de un acuífero y hacia  un área de descarga, que puede ser un mar o un océano.
3) Transpiración: Las plantas y otras formas de vegetación toman el agua del suelo y la excretan otra vez como vapor de agua. Cerca del 10% de la precipitación que cae en la tierra se vaporiza otra vez a través de la transpiración de las plantas, el resto se evapora de los mares y de los océanos.
4) Salida superficial: El agua de lluvia que no se infiltra en el suelo alcanzará directamente el agua superficial, como salida a los ríos y a los lagos. Después será transportada de nuevo a los mares y a los océanos. Esta agua es llamada agua de salida superficial.
5) Evaporación: Debido a la influencia de la luz del sol el agua en los océanos y los lagos se calentará. Como resultado de esto se evaporará y será transportada de nuevo a la atmósfera. Allí formará las nubes que con el tiempo causarán la precipitación devolviendo el agua otra vez a la tierra.La evaporación de los océanos es la clase más importante de evaporación.
6) Condensación: En contacto con la atmósfera el vapor de agua se transformará de nuevo a líquido, de modo que sea visible en el aire. Estas acumulaciones de agua en el aire son lo que llamamos las nubes.
Se completa así un ciclo de transferencia del agua que se conoce también como ciclo hidrológico. 

Al año se evaporan 500.000 km3 de agua, lo que da un valor medio de 980 l/m2 o milímetros. Es decir, es como si una capa de 980 mm (casi un metro) de agua que recubriera toda la Tierra se evaporara durante el año. Como en la atmósfera permanecen constantemente sólo 12.000 km3, quiere decir que la misma cantidad de 500.000 km3 que se ha evaporado vuelve a caer en forma de precipitaciones en el mismo periodo. Aunque la media, tanto de la evaporación como de la precipitación sea de 980 mm, la distribución es irregular, especialmente en los continentes. En los desiertos llueve menos de 200 mm y en algunas zonas de montaña llueve 6.000 mm o más.

El tiempo medio que una molécula de agua permanece en los distintos tramos del ciclo es:

   en la atmósfera
9-10 días
   en los ríos
12-20 días
   en lagos
1-100 años
   en acuíferos subterráneos
300 años
   en océanos
3.000 años

Como es lógico estos tiempos medios de permanencia van a tener una gran influencia en la persistencia de la contaminación en los ecosistemas acuáticos. Si se contamina un río, al cabo de pocos días o semanas puede quedar limpio, por el propio arrastre de los contaminantes hacia el mar, en donde se diluirán en grandes cantidades de agua. Pero si se contamina un acuífero subterráneo el problema persistirá durante decenas o cientos de años.

Características o propiedades físicas del agua
Las características del agua hacen que sea un líquido idóneo para la vida. La elevada polaridad de la molécula de agua tiene especial interés porque de ella se derivan otras importantes propiedades.
a) Polaridad
Las moléculas de agua son polares. Por esta polaridad el agua es un buen disolvente de sales y otras sustancias polares pero un mal disolvente de gases y otras sustancias apolares como las grasas y aceites.
Polaridad de las moléculas del agua
Una molécula está polarizada cuando situada en un campo eléctrico se orienta con un lado hacia el polo positivo y con otro hacia el negativo. Sucede esto porque aunque la molécula en conjunto no tiene carga, en cambio la distribución de cargas dentro de la molécula no es homogénea y una zona tiene un incremento de carga positiva mientras otra zona lo tiene de carga negativa.
En el caso de la molécula de agua sucede así porque el átomo de oxígeno se une con dos de hidrógeno por enlaces polarizados que forman entre sí un ángulo de aproximadamente 105º. Como el átomo de oxígeno es más electronegativo que los de hidrógeno, en el lado del oxígeno se sitúa la zona negativa y en el lado de los hidrógenos la positiva, con su centro de acción en el punto medio entre los dos hidrógenos.
Se llama enlace de puente de Hidrógeno al que une a una molécula de agua con las que están a su alrededor. Este enlace entre moléculas de agua vecinas se produce por la atracción entre la zona positiva de una molécula y la negativa de la vecina. Su influencia es tan notoria que si no fuera por esta atracción el agua sería una sustancia gaseosa a la temperatura ordinaria ya que su tamaño es muy pequeño. Como son gases, por ejemplo, otras moléculas de tres o cuatro átomos como el CO2, el NH3, el H2S, el CH4, similares al agua en tamaño.

b) Calores específicos, de vaporización y de fusión.
Las cantidades de calor necesarias para evaporar, fundir o calentar el agua son más elevadas que en otras sustancias de tamaño parecido al estar las moléculas unidas por fuerzas eléctricas entre las zonas positivas de unas y las negativas de otras.
Esto hace que el agua sea un buen almacenador de calor y así ayuda a regular la temperatura del planeta y de los organismos vivos.

c) Cohesividad
Otra repercusión importante de la polaridad es que las moléculas, al estar atraídas entre sí, se mantienen como enlazadas unas con otras, lo que tiene gran interés en fenómenos como el ascenso de la savia en los vegetales o el movimiento del agua en el suelo. Esta cohesividad de las moléculas de agua entre sí explica también la tensión superficial que hace que la superficie del agua presente una cierta resistencia a ser traspasada.

d) Densidad y estratificación
La densidad del agua es de 1kg/l, pero varía ligeramente con la temperatura y las sustancias que lleve disueltas, lo que tiene una considerable importancia ecológica.
La densidad aumenta al disminuir la temperatura hasta llegar a los 4º C en los que la densidad es máxima. A partir de aquí disminuye la densidad y el hielo flota en el agua. Esto hace que cuando un lago o el mar se congelan, la capa de hielo flote en la superficie y aísle al resto de la masa de agua impidiendo que se hiele. Los seres vivos pueden seguir viviendo en el agua líquida por debajo del hielo.
Las capas de agua de distintas densidades se colocan en estratos que funcionan como partes independientes. Al no haber intercambio entre ellas, algunos nutrientes, como el oxígeno o los fosfatos, se pueden ir agotando en algunas capas mientras son abundantes en otras.

Solubilidad. 
a) Salinidad.- Los iones que dan la salinidad al agua tienen dos orígenes. Los arrastrados por el agua que llega desde los continentes y los que traen los magmas que surgen en las dorsales oceánicas. 
En un litro de agua del mar típico suele haber unos 35 g de sales, de los cuales las dos terceras partes, aproximadamente, son cloruro de sodio. Hay lugares en los que la salinidad es distinta (por ejemplo es proporcionalmente alta en el Mediterráneo y baja en el Báltico), pero siempre se mantiene una proporción similar entre los iones, aunque las cantidades absolutas sean diferentes.
En algunos mares interiores la salinidad llega a ser muy alta, como es el caso del Mar Muerto con 226 g de sal por litro.
En las aguas dulces continentales encontramos cantidades mucho menores de iones. El componente principal es el bicarbonato cálcico (unos decigramos por litro), cuya mayor o menor presencia indica el grado de dureza de las aguas.
b) Presión osmótica.- La membrana celular es semipermeable, lo que quiere decir que permite el paso de moléculas pequeñas, pero no el de moléculas grandes o iones. Esto hace que en los seres vivos haya que tener muy en cuenta los procesos de ósmosis que provocan, por ejemplo, que una célula desnuda que se encuentra en un líquido de menor concentración que la intracelular va llenándose cada vez más de agua hasta que explota. Los distintos organismos, según vivan en aguas dulces o saladas, o en zonas de salinidad variable, han tenido que desarrollar eficaces mecanismos para la solución de estos problemas osmóticos. La salinidad es, de hecho, una importante barrera que condiciona la distribución ecológica de los organismos acuáticos.
c) Gases disueltos.- El oxígeno disuelto en el agua supone una importante limitación para los organismos que viven en este medio. Mientras en un litro de aire hay 209 ml de oxígeno, en el agua, de media, la cantidad que se llega a disolver es 25 veces menor.
Otro problema es que la difusión del oxígeno en el agua es muy lenta. La turbulencia de las aguas, al agitarlas y mezclarlas, acelera el proceso de difusión miles de veces y es por eso fundamental para la vida.
La temperatura influye en la solubilidad. Mientras que los sólidos se disuelven mejor a temperaturas más elevadas, en los gases sucede lo contrario. Las aguas frías disuelven mejor el oxígeno y otros gases que las aguas cálidas porque mayor temperatura significa mayor agitación en las moléculas lo que facilita que el gas salga del líquido.
La solubilidad del gas en agua disminuye mucho con la disminución de presión. En un lago situado a 5.500 m de altura, por ejemplo, con una presión atmosférica, por tanto, de 0,5 atmósferas el oxígeno que se puede disolver es mucho menos que si estuviera a nivel del mar. 
Solubilidad de gases (ml/l) a 1 atmósfera
 
agua dulce
agua del mar
 
0° C
12° C
24° C
0° C
12° C
24° C
Nitrógeno
23
18
15
14
11
9
Oxígeno
47
35
27
38
28
22
CO2
1715
1118
782
1438
947
677

Ríos
Los ríos nacen en manantiales en los que surgen a la superficie aguas subterráneas o en lugares en los que se funden los glaciares. A partir de su nacimiento siguen la pendiente del terreno hasta llegar al mar.
Un río con sus afluentes drena una zona que se conoce como cuenca hidrográfica. La separación entre cuencas es la divisoria de aguas.
Desde su nacimiento en una zona montañosa y alta hasta su desembocadura en el mar el río suele ir disminuyendo su pendiente. El perfil longitudinal muestra muy bien el transcurrir del río hasta que llega al mar. Normalmente la pendiente es fuerte en el primer tramo del río, cuando viaja por las montañas (tramo alto), y se hace muy pequeña, casi horizontal, cuando se acerca a la desembocadura (tramo bajo). La desembocadura marca el nivel de base del río.
 El río sufre variaciones en su caudal. En las estaciones lluviosas aumenta y en las secas disminuye, aunque algunos ríos presentan el caudal máximo en la época del deshielo. Las crecidas pueden ser graduales o muy bruscas, como la de un afluente del Elba que en 1927 creció cuatro metros en dos minutos.

Lagos
Los lagos se forman cuando el agua recogida en una zona no sale directamente al mar sino que pasa o acaba en una depresión. En muchos casos del lago sale un río que va al mar, pero en otros no hay desaguuml;e, sino que las aguas se evaporan a la atmósfera directamente desde el lago.

Aguas subterráneas
Parte del agua que cae resbala sobre el terreno hasta llegar a ríos y lagos (agua de escorrentía), pero otra parte se infiltra, bien directamente cuando llueve, o desde los ríos y lagos. Desde el suelo parte del agua sale por evapotranspiración, o por manantiales o alimenta ríos y lagos a través de su lecho.
Las rocas y suelos que dejan pasar el agua se llaman permeables en contraposición a las impermeables. El agua que penetra por los poros de una roca permeable acaba llegando a una zona impermeable que la detiene. Así la parte permeable se va llenando de agua (zona de saturación). La zona por encima de esta en la que el agua va descendiendo pero en los poros todavía hay aire se llama zona de aireación y el contacto entre las dos, nivel freático. El nivel freático sale por encima de la superficie cuando tras fuertes lluvias el suelo se encharca.
Las rocas porosas y permeables que almacenan y trasmiten el agua se llaman acuíferos. Veremos que son una fuente importante de agua para uso humano.
Los principales tipos de acuífero son:
Acuíferos detríticos.- Están formados por masas de rocas fragmentadas, como las arenas o las gravas, que almacenan el agua en los espacios intersticiales.
 Acuíferos cársticos.- Algunas rocas son disueltas por el agua y forman unas estructuras geológicas típicas llamadas Karst capaces de almacenar grandes cantidades de agua.
Las calizas son las rocas que más habitualmente forman Karsts, pero también las dolomías, los yesos y las sales pueden formarlos.

Glaciaciones
Las glaciaciones han sido lo más característico de los últimos dos millones de años de la historia de la Tierra. Su influencia es tan grande que marcan el inicio de un periodo geológico distinto que llamamos Cuaternario. A lo largo de este periodo se han sucedido épocas más frías, en las que los hielos se han apoderado de grandes extensiones en el norte y el sur del planeta, y épocas más templadas en las que las aguas heladas se han retirado hacia las cercanías de los polos o las altas montañas. Estas oscilaciones climáticas han tenido una gran influencia en la distribución de los seres vivos.

Glaciares
Los glaciares son grandes masas de hielo que se forman cuando la nieve que cae va acumulándose de un año a otro, sin que le dé tiempo para fundirse. Por la presión la nieve va perdiendo el aire y acaba formándose primero hielo lechoso y luego hielo azul, tan transparente como el cristal.
 Para que existan glaciares en una zona se requieren dos condiciones
1. que tenga promedios de temperatura tan bajos como para permitir que la nieve se acumule de un año a otro. Esto sucede en las zonas ecuatoriales a partir de los 5.000 m de altitud y en la Antártica al nivel del mar.
2. que tenga precipitación suficiente. Así, por ejemplo, hay lugares del norte de Siberia muy fríos pero en los que llueve tan poco que la capa de nieve rara vez supera el metro de altura.
En las regiones polares los glaciares cubren grandes extensiones y se les llama casquetes glaciares o inlandsis. En el resto del mundo sólo encontramos glaciares de montaña que en total ocupan una extensión treinta veces menor que la ocupada por los inlandsis.
Zonas periglaciares
Se llama zonas periglaciares a las grandes extensiones que rodean a los casquetes glaciares o que se sitúan inmediatamente por debajo de las zonas de nieves perpetuas de las montañas. 
Su suelo no está cubierto por el hielo permanentemente, pero está helado la mayor parte del año. Este suelo se llama permafrost y está permanentemente helado a partir de una pequeña profundidad. Cuando en la primavera se deshiela la capa más superficial se forman grandes charcos en los que se reproducen los mosquitos.

Glaciaciones e interglaciaciones
Durante la historia de la Tierra ha habido hasta siete, y quizás más, episodios de amplias glaciaciones, en las Eras Precámbrica y Paleozoica. El periodo glaciar en el que nos encontramos ocupa el Periodo Cuaternario, como hemos dicho, empezó hace unos dos millones de años y todavía continúa. 
Dentro en un tiempo glaciar las temperaturas van subiendo y bajando cada varias decenas de miles de años. En la actualidad, desde hace unos 12.000 años, estamos en un periodo interglacial cálido (dentro de la glaciación del Cuaternario), en el que las mediciones en los inlandsis y los glaciares de montaña indican que continuamente van disminuyendo de tamaño desde hace 12.000 años. El anterior periodo cálido similar al actual sucedió hace algo más de 100.000 años. 
La diferencia de la temperatura media entre un periodo cálido y otro frío es de sólo unos 4 a 7ordm;C, pero su efecto es que los glaciares avanzan hacia el ecuador o retroceden miles de kilómetros. Estos cambios en la masa de hielos afectan al nivel del mar que puede subir o bajar varias decenas de metros y a los caudales de los ríos, distribución de las lluvias y al clima en general. Por supuesto también afecta de forma importantísima a la fauna y la flora.
Tabla: Algunos lugares conectados por tierra cuando el nivel del mar era más bajo hace unos miles de años
Lugar
Tierras unidas
Canal de la Mancha
Francia y Gran Bretaña
Canal de Irlanda
Gran Bretaña e Irlanda
Varios estrechos del Mediterráneo
Europa y Africa
Estrecho de Bering
Siberia y Alaska
Golfo de Tartaria
Siberia y Japón
Sundra
Malasia, Sumatra, Java y Borneo
Varios lugares
Australia, Tasmania, Nueva Guinea 

Desde su formación hace casi 4.000 millones de años los océanos contienen la mayor parte del agua líquida de nuestro planeta. Entender su funcionamiento es muy importante para comprender el clima y para explicar la diversidad de vida que hay en nuestro planeta.

Océanos y mares
Llamamos océanos a las grandes masas de agua que separan los continentes. Son cinco. El más extenso es el Pacífico, que con sus 180 millones de km2 supera en extensión al conjunto de los continentes. Los otros cuatro son el Atlántico, el índico, el Antártico o Austral y el ártico.
Dentro de los océanos se llama mares a algunas zonas cercanas a las costas, situados casi siempre sobre la plataforma continental, por tanto con profundidades pequeñas, que por razones históricas o culturales tienen nombre propio. 
Relieve del fondo oceánico
La profundidad media de los océanos es de unos cuatro o cinco kilómetros que comparados con los miles de km que abarcan nos hacen ver que son delgadas capas de agua sobre la superficie del planeta. Pero la profundidad es muy variable dependiendo de la zona: 
Plataforma continental.- Es la continuación de los continentes por debajo de las aguas, con profundidades que van desde 0 metros en la línea de costa hasta unos 200 m. Ocupa alrededor del 10 por ciento del área oceánica. Es una zona de gran explotación de recursos petrolíferos, pesqueros, etc.
Talud.- Es la zona de pendiente acentuada que lleva desde el límite de la plataforma hasta los fondos oceánicos. Aparecen hendidos, de vez en cuando, por cañones submarinos tallados por sedimentos que resbalan en grandes corrientes de turbidez que caen desde la plataforma al fondo oceánico.
Fondo oceánico. Con una profundidad de entre 2.000 y 6.000 metros ocupa alrededor del 80 por ciento del área oceánica. 
Cadenas dorsales oceánicas.- Son levantamientos alargados del fondo oceánico que corren a lo largo de más de 60.000 km. En ellas abunda la actividad volcánica y sísmica porque corresponden a las zonas de formación de las placas litosféricas en las que se está expandiendo el fondo oceánico.
Cadenas de fosas abisales- Son zonas estrechas y alargadas en las que el fondo oceánico desciende hasta más de 10 000 m de profundidad en algunos puntos. Son especialmente frecuentes en los bordes del Océano Pacífico. Con gran actividad volcánica y sísmica porque corresponden a las zonas en donde las placas subducen hacia el manto.

Temperatura
En los océanos hay una capa superficial de agua templada (12ordm; a 30ordm;C), que llega hasta una profundidad variable según las zonas, de entre unas decenas y 400 o 500 metros. Por debajo de esta capa el agua está fría con temperaturas de entre 5ordm; y -1ordm;C. Se llama termoclina al límite entre las dos capas. El Mediterráneo supone una excepción a esta distribución de temperaturas porque sus aguas profundas se encuentran a unos 13ordm;C. La causa hay que buscarla en que está casi aislado al comunicar con el Atlántico sólo por el estrecho de Gibraltar y por esto se acaba calentando todo la masa de agua.
El agua está más cálida en las zonas ecuatoriales y tropicales y más fría cerca de los polos y, en las zonas templadas. Y, también, más cálida en verano y más fría en invierno.
Corrientes marinas
Las aguas de la superficie del océano son movidas por los vientos dominantes y se forman unas gigantescas corrientes superficiales en forma de remolinos. 
El giro de la Tierra hacia el Este influye también en las corrientes marinas, porque tiende a acumular el agua contra las costas situadas al oeste de los océanos, como cuando movemos un recipiente con agua en una dirección y el agua sufre un cierto retraso en el movimiento y se levanta contra la pared de atrás del recipiente. Así se explica, según algunas teorías, que las corrientes más intensas como las del Golfo en el Atlántico y la de Kuroshio en el Pacífico se localicen en esas zonas. 
Este mismo efecto del giro de la Tierra explicaría las zonas de afloramiento que hay en las costas este del Pacífico y del Atlántico en las que sale agua fría del fondo hacia la superficie. Este fenómeno es muy importante desde el punto de vista económico, porque el agua ascendente arrastra nutrientes a la superficie y en estas zonas prolifera la pesca. Las pesquerías de Perú, del norte de Chile, Gran Sol (sur de Irlanda) o las del Africa atlántica se forman de esta manera.

En los océanos hay también, corrientes profundas o termohalinas en la masa de agua situada por debajo de la termoclina. En estas el agua se desplaza por las diferencias de densidad. Las aguas más frías o con más salinidad son más densas y tienden a hundirse, mientras que las aguas algo más cálidas o menos salinas tienden a ascender. De esta forma se generan corrientes verticales unidas por desplazamientos horizontales para reemplazar el agua movida. En algunas zonas las corrientes profundas coinciden con las superficiales, mientras en otras van en contracorriente.
Las corrientes oceánicas trasladan grandes cantidades de calor de las zonas ecuatoriales a las polares. Unidas a las corrientes atmosféricas son las responsables de que las diferencias térmicas en la Tierra no sean tan fuertes como las que se darían en un planeta sin atmósfera ni hidrosfera. Por esto su influencia en el clima es tan notable (ver Fenómeno del Niño)
Olas, mareas y corrientes costeras. Modelado de la costa.
Las olas son formadas por los vientos que barren la superficie de las aguas. Mueven al agua en cilindro, sin desplazarla hacia adelante, pero cuando llegan a la costa y el cilindro roza en la parte baja con el fondo inician una rodadura que acaba desequilibrando la masa de agua, produciéndose la rotura de la ola. Los movimientos sísmicos en el fondo marino producen, en ocasiones gigantescas olas llamadas tsunamis.

Tsunami : "Olas de puerto" en japonés 
Las mareas tienen una gran influencia en los organismos costeros que tienen que adaptarse a cambios muy bruscos en toda la zona intermareal: unas horas cubiertas por las aguas marinas y azotadas por las olas seguidas de otras horas sin agua o, incluso en contacto con aguas dulces, si llueve. Además, en algunas costas, por la forma que tienen, se forman fuertes corrientes de marea, cuando suben y bajan las aguas, que arrastran arena y sedimentos y remueven los fondos en los que viven los seres vivos.
En la cercanía del litoral se suelen producir corrientes costeras de deriva, muy variables según la forma de la costa y las profundidades del fondo, que tienen mucho interés en la formación de playas, estuarios y otros formas de modelado costero.
La energía liberada por las olas en el choque continuo con la costa, las mareas y las corrientes tienen una gran importancia porque erosionan y transportan los materiales costeros, hasta dejarlos sedimentados en las zonas más protegidas. En la formación de los distintos tipos de ecosistemas costeros: marismas, playas, rasas mareales, dunas, etc. también influyen de forma importante los ríos que desemboquen en el lugar y la naturaleza de las rocas que formen la costa.
El medio acuático proporciona a los organismos facilidades para la vida y también retos que deben solucionar. En el agua es más fácil mantener la forma del cuerpo y se dan unas condiciones de temperatura relativamente estables, pero supone dificultades osmóticos por las diferentes concentraciones salinas, iluminación débil o nula en cuanto se profundiza y problemas para respirar.
Respiración en los organismos acuáticos
Los seres vivos que respiran necesitan oxígeno. Algunos de los animales que viven en el agua salen a la atmósfera para respirar, pero muchos organismos pueden usar el oxígeno que está disuelto en el agua.
 Consumo de oxígeno (ml O2/gr. peso seco/hora a 15°c)
Bacterias
110
Ciliados
0.5-10
Erizos, medusas, anélidos
0.005-0.02
Crustáceos
0.1-0.2
Peces pequeños
0.2-0.24
Peces grandes
0.05-0.1 

La proporción de oxígeno en el agua depende mucho de la temperatura, de la agitación de las aguas y la presión atmosférica y de la actividad de los organismos fotosintéticos. El fitoplancton genera oxígeno y llega a sobresaturar las aguas en las que se encuentran.
Los organismos sin sistema respiratorio ni circulatorio usan la simple difusión para que el oxígeno pase del agua a sus células, pero la distancia máxima a la que este método es eficaz es del orden de 1 mm. Por esto las medusas, las esponjas o las planarias que usan la difusión para llevar oxígeno a sus células, tienen limitado su tamaño y la forma de su cuerpo.
Los organismos de vida más compleja han tenido que desarrollar adaptaciones diversas para respirar. La más comúin son las branquias y un sistema circulatorio con hemoglobina o sustancias similares, para transportar oxígeno con eficacia.
 Animales acuáticos que respiran aire atmosférico
Algunos animales, aunque viven en el agua, obtienen el oxígeno que necesitan directamente de la atmósfera.
Es el caso de muchos peces que respiran por la piel, como por ejemplo las anguilas; o por sus vejigas natatorias, como los peces pulmonados, o por el intestino.
También salen al aire para respirar los mamíferos que viven en el agua, como los cetáceos, que cada diez o veinte minutos deben subir a la superficie. La clásica imagen de las ballenas lanzando un chorro de agua corresponde a ese momento en el que salen a respirar, lo que las hace tan fáciles de localizar y cazar por los arponeros.
Muchos insectos han desarrollado gran variedad de curiosos mecanismos para respirar aire, como tubos conectados a las tráqueas que llegan hasta la superficie mientras ellos permanecen sumergidos, o sistemas de pelitos que facilitan la formación de burbujas de aire con las que se sumergen como si fueran las botellas de un escafandrista o sistemas para pinchar los tejidos de las plantas que contienen aire, etc.
Flotando.
Los gases no sólo tienen importancia para la respiración. 
Organismos muy diversos, desde algunas algas muy primitivas como las cianofíceas, hasta muchos peces usan los gases para regular su flotabilidad. Las vejigas natatorias son especialmente interesantes desde este punto de vista. Suelen ocupar un 3 a un 5 por ciento del volumen del pez y el animal se mantiene a una profundidad determinada llenándolas más o menos de gas. Así pueden llegar a ahorrar hasta un 5 o un 10 por ciento de energía. Un problema que tienen estas vejigas es que dan un fuerte eco en el sonar que algunos depredadores del medio marino, como los delfines, usan para localizar a sus presas, lo que facilita su caza.
Salinidad y ósmosis
El funcionamiento de algunas algas y protozoos que viven en el agua dulce ilustra muy bien los problemas osmóticos que los organismos deben vencer. Cuando se observa estos microorganismos al microscopio se ve que una vacuola que tienen en su interior va creciendo, llenándose de agua, hasta que llega un momento en el que se contrae y expulsa toda el agua, para empezar a llenarse de nuevo. Sucede que en el interior de sus células la concentración de solutos es mayor que en el agua dulce que les rodea y por tanto, por ósmosis, entra agua a su interior. Los organismos que están en un medio de más salinidad que su citoplasma tienen el problema contrario, es decir, pierden agua.
La mayor parte de los seres vivos han desarrollado sistemas de regulación que les permiten vivir en ambientes de salinidad variable. Esto es especialmente necesario en los que viven en estuarios de ríos, que según como esté la marea, pasan en muy pocas horas por aguas de salinidad muy distinta.
Presión
La presión en el fondo de los océanos llega a ser de cientos atmósferas, porque cada 10 metros de profundidad suponen una atmósfera más. Por eso se pensó que los seres vivos que viven a grandes profundidades serían muy especiales, pero luego se ha comprobado que no es así, porque el agua, que rellena totalmente los organismos, es muy poco compresible y los tejidos se deforman muy poco a causa de la presión. 
Las vejigas llenas de gas si que son problemáticas cuando varía la presión, porque. Por ejemplo, un litro de gas situado a dos atmósferas se convierte en dos litros cuando se pasa a una atmósfera. 
La presión también causa problemas al provocar la disolución en la sangre de gases como el nitrógeno. Es lo que les sucede a los escafandristas que respiran aire de sus botellas a presiones altas. El nitrógeno se disuelve en su sangre y cuando vuelven a la superficie vuelve a salir de la sangre, formando burbujas dentro de los vasos sanguíneos que pueden producir embolias a veces mortales. Para evitar esto se sigue un ritmo de ascenso lento que hace posible la llamada descompresión.
Movimiento de los organismos en el agua
Los organismos se mantienen suspendidos en el agua con relativa facilidad, dada su densidad. En algunos casos la suspensión es activa: a base de gastar energía nadando para no hundirse. En otros casos con ayuda de las vejigas natatorias o con la formación de burbujas, como en las puestas de algunos peces, o en muchos insectos de vida acuática.
Para nadar, aparte de la energía empleada en mover las aletas y el cuerpo, tiene una gran influencia la forma aerodinámica del animal. Los peces, con un gasto del 2 al 6 por ciento del total de su energía, alcanzan notables velocidades, como los atunes o los peces voladores que llegan a alcanzar hasta 50 o 60 km/h. Los delfines llegan a alcanzar velocidades de 20 a 36 km/h, gracias a su forma aerodinámica y a la estructura "hojosa" de su piel, que disminuye mucho las turbulencias.
Sonidos y comunicación
El sonido se trasmite por el agua a una velocidad tres veces mayor, aproximadamente, que por el aire. 
Los moluscos que viven enterrados en las arenas de la playa detectan a quien se acerca por los sonidos de baja frecuencia que producen las pisadas. 
Algunos peces producen sonidos por estridulación (frotando partes del cuerpo entre sí) o por fonación (soplando aire) con la vejiga natatoria. Los pescadores de Ghana saben donde está un pez (alacha) introduciendo un remo en el agua y poniéndole el oído para oír así los sonidos que produce.
Los delfines y otros cetáceos emiten sonidos y ultrasonidos que les permite localizar las presas que quieren cazar o comunicarse entre sí, de forma similar al sistema de sonar.
Transporte de los organismos.
Muchos organismos marinos viven sujetos al fondo, pero tienen fases de su vida móviles. Larvas, huevos o crías de muchos de ellos son transportadas por las aguas distancias de hasta 50 km antes de que se produzca su maduración y su fijación en el substrato. Las ostras, por ejemplo, sincronizan su ciclo de vida con los movimientos del agua para que cada etapa se produzca en el lugar adecuado. Así se aseguran la dispersión y la colonización de nuevos lugares.
Una vez que se quedan adheridos a las rocas o a los fondos marinos, las olas les azotan con fuerza, y los organismos como lapas, mejillones, algas, erizos, etc. que viven en las zonas intermareales, han tenido que desarrollar potentes sistemas de sujeción y protección o formas redondeadas para dejarse arrastrar.

LA TIERRA: GEÓSFERA


La Tierra

Tierra
Características orbitales
Radio medio 149,597,870 km
Perihelio 0.983 UA
Afelio 1.017 UA
Excentricidad 0.0167
Periodo orbital 365.2564 días
Inclinación 0°
Satélites 1
Satélite de Sol
Características físicas
Diámetro del ecuador 12,756.3 km
Superficie 5.10072×108 km2
Masa 5.974×1024 kg
Densidad media 5.515 g/m3
Gravedad surperficial 9.78 m/s2
Velocidad de escape 11.2 km/s
Periodo de rotación [[23.9345 horas
Inclinación axial 23.45°
Albedo 37-39%
Temperatura surperficial
min media max
182 K 282 K 333 K
Características atmosféricas
Presión 101.325 kPa
Nitrógeno 78%
Oxígeno 21%
Argón 1%
Dióxido de carbono

Vapor de agua
trazas

La Tierra es el tercer planeta del Sistema Solar. Es el único planeta en el que se conoce que exista vida. La Tierra posee un satélite natural, La Luna.

Gira alrededor del Sol describiendo una órbita elíptica a una velocidad media de 29,8 km por segundo.
La distancia media que la separa del Sol es de 149600000 km. La luz solar tarda unos ocho minutos en alcanzar la Tierra.
La Tierra tiene una forma, a pequeña escala, aproximada de una esfera, aunque está achatada en los polos. Su forma responde a las características de un cuerpo sólido en revolución.
La Tierra posee dos movimientos básicos realiza al mismo tiempo: el de translación, alrededor del Sol y que marca el año; y el de rotación sobre su eje y que marca el día. Además, tiene otros movimientos secundarios, el de precesión y el de nutación.
Consideramos en la Tierra cuatro puntos cardinales: el Norte, el Sur, el Este y el Oeste.
Sobre la superficie terrestre podemos dibujar una red líneas imaginarias que nos permiten localizar cualquier punto objetivamente. Esas líneas son: los meridianos y los paralelos. Gracias a estas líneas imaginarias podemos localizar cualquier punto sobre la Tierra. Para ello sólo tenemos que dar su latitud y su longitud.


Geósfera

La geósfera corresponde a la porción sólida del planeta.
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De modo práctico y sencillo, diremos que la geósfera está formada por tres grandes zonas diferentes que son:

1. Corteza terrestre: porción en la cual se encuentra un lecho rocoso y duro, constituido por distintos tipos de rocas. Su espesor varía entre 6 y 70 kilómetros.
En ella se distinguen la corteza continental (que corresponde a los continentes y montañas) y la corteza oceánica (que es la tierra cubierta por los mares y océanos). La corteza está formada por SIAL que es silicio y aluminio.
2. Manto terrestre: está inmediatamente después de la corteza oceánica, su espesor es de unos 2.800 kilómetros. Las rocas que lo forman pueden desplazarse lentamente una sobre otra. El manto o SIMA está formado por silicio y magnesio.
3. Núcleo terrestre: parte más profunda de la geósfera, en la que se distingue el núcleo externo, parcialmente fundido, de unos 2.000 kilómetros de espesor. Su temperatura es altísima, y se cree que estaría formado por hierro.
También se distingue el núcleo sólido interno, que tiene un espesor de 1.500 kilómetros. Se piensa que este estaría constituido por hierro con otros metales y no metales. El magnetismo de la Tierra estaría asociado al núcleo interno.
En general, al núcleo lo componen materiales muy densos, con noventa por ciento de hierro y el resto de níquel. De ahí que también se le denomine NIFE (es decir, abreviatura de Níquel-Hierro, que son sus componentes). La densidad del núcleo es aproximadamente de 10.

División estructural

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Ahora, si hacemos una división estructural de la geósfera en capas (o niveles) atendiendo a la rigidez de las rocas, en orden de profundidad, serían las siguientes:
Litósfera: Los cien primeros kilómetros comprenden toda la corteza más la parte más externa y sólida del manto. Esta capa se llama litósfera, y es una capa de comportamiento rígido, puesto que, si se somete a mucha fuerza, se rompe. Por extensión del concepto, se identifica a la litósfera con la corteza terrestre, llegando a ser casi sinónimos.
Astenósfera: Se caracteriza por la plasticidad de los materiales y su fluidez (capacidad para desplazarse). Se encuentra por debajo de la litósfera hasta unos 700 km. de profundidad desde la superficie.
Mesósfera: Bajo la astenósfera se encuentra la mesósfera hasta unos 2.700 km. de profundidad. Es una capa sólida de la que no se conoce su estado de rigidez. La astenósfera y la mesósfera formarían parte del manto. La  parte menos sólida del manto está constituida por el magma, que es una mezcla de rocas en estado de fusión y la que produce la inestabilidad de la corteza. Los volcanes en erupción expulsan grandes cantidades de magma hacia el exterior.
Endósfera: Corresponde a unos 200 km del manto (su parte más profunda) y a la totalidad del núcleo. El núcleo (externo e interno), que es el centro de la esfera, está compuesto de metales pesados como el hierro y el níquel. Entonces, parte del manto y el núcleo, en su conjunto, forman la llamada endósfera.


El magma
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Visión artística del magma (ampliar imagen)
La palabra magma es un término griego que significa "espeso". El magma tiene su origen en zonas profundas de la corteza entre la frontera con el manto superior. Fundamentalmente son silicatos, que se encuentran entre 700-1.000 y 1.500º C.
En un magma podemos distinguir tres fases:
a) Fase sólida: Minerales refractarios (soportan temperaturas muy altas sin fundirse) que quedan en suspensión. Algunos minerales refractarios son: la cromita, la magnetita y los olivinos.
b) Fase líquida: Está constituida por minerales en estado de fusión (sílice, óxidos).
c) Fase gaseosa: Por efecto de las altas presiones se forman gases a partir de la fase líquida (H2, CO2, H2O, SO2, NH4, Cl, NH3...). 

El manto, composición y estructura química
Las rocas que lo forman son peridotitas, constituidas por olivino, piroxenos y espinela o granates.
Aunque el manto representa el 83 por ciento del volumen total del planeta, se halla muy poco estudiado y apenas se conocen datos sobre su composición. Se sabe que los materiales que lo componen son más densos que los de la corteza y menos que los del núcleo.
Está formado por los siguientes elementos químicos: oxígeno, silicio, magnesio, hierro y níquel en estado viscoso.

La litósfera o corteza terrestre
El término corteza fue acuñado en el pasado cuando se pensaba que la Tierra había estado completamente fundida en los primeros estadios de su evolución, de modo que cuando empezó a enfriarse se formó una corteza sólida que envolvía al interior fundido. Aunque este modelo es erróneo, el término corteza está todavía en uso. Como corteza se entiende la capa externa de la Tierra, que se extiende desde la superficie hasta la primera discontinuidad sísmica (zona donde disminuye la velocidad de propagación de las ondas sísmicas), esta definición implica que el cambio es de tipo composicional y no es estructural.
La corteza representa el uno por ciento del volumen y de la masa de la Tierra, siendo la capa mejor conocida del planeta. Su componentes mayoritarios son Si, O, Al, Fe, Ca, Mg, Na, K, Ti, P, Mn, su composición media equivale a la de una roca de tipo andesítico.
Esta corteza terrestre posee a su vez varias capas con características diferentes:
- Capa superficial: tiene un grosor que varía de 500 a 1.000 metros. Formada fundamentalmente por una delgada porción externa, llamada suelo, y por rocas sedimentarias.
- Capa intermedia: corresponde a la corteza continental, llamada así debido a que no existe debajo de los océanos sino debajo de los continentes. Tiene un espesor medio muy variable entre 25 km (debajo de las zonas continentales con poco relieve) y 70 km (debajo de las cadenas de montañas), su densidad media es de 2,7 gr/cm3. En la profundidad se encuentran rocas magmáticas y en la parte más superficial las rocas metamórficas. Existe también una llamada corteza intermedia, que se localiza en los arcos insulares y que tiene características mixtas entre las dos capas anteriores. Y una corteza de transición entre la oceánica y la continental, que se encuentra en los márgenes continentales pasivos.
- Capa basáltica inferior: es la misma corteza oceánica, y es la base de los océanos. Tiene un espesor de 10 a 20 Km.
El suelo
Esta delgada capa superficial de la corteza terrestre es fundamental para el desarrollo de los vegetales y gran cantidad de organismos, incluyendo bacterias, insectos, hongos, vertebrados (reptiles, mamíferos, etcétera).
Capas u horizontes del suelo
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El suelo, la delgada "piel" de la Tierra.
A pesar de lo delgado que es el suelo, en él se pueden distinguir distintas capas u horizontes, que son:
Horizonte A: corresponde a la primera capa del suelo, es rica en humus o materia orgánica descompuesta. En ella se desarrollan los vegetales.
Horizonte B: en este se encuentran restos de materia orgánica y también materia inorgánica, que permite el crecimiento de las plantas. También se le llama subsuelo.
Horizonte C: está formado por rocas fragmentadas de distintos tamaños. Es el soporte de las dos capas anteriores.
Horizonte R: Se puede llamar Roca Madre u Horizonte D. Corresponde a la última capa del suelo y está formada por roca sin alteración física ni química.

Tipos de suelo
Según de los minerales y elementos orgánicos que tenga el suelo, dependerá la fertilidad y características químicas. A través del color podemos conocer la variedad frente a la que estemos. Generalmente los oscuros son más fértiles que los claros (color determinado por la presencia de humus). Pero también un suelo oscuro puede significar exceso de humedad no siendo indicador de fertilidad.
Por otra parte están los suelos rojos, que contienen grandes cantidades de óxidos de hierro, lo que significa que es un terreno drenado, fértil y no muy húmedo. Los amarillos son poco fértiles debido a que los óxidos de hierro han reaccionado frente al agua, convirtiéndolos en una zona mal drenada. Los suelos grises pueden tener poco hierro u oxígeno y poseer muchas sales alcalinas como carbonato de calcio.
Entonces, según el contenido de piedras, arena, arcilla y humus, los suelos se pueden clasificar en:
Suelos agrícolas: son los de mayor importancia para el hombre. Se caracterizan por tener:
- Partículas pequeñas de arcilla y limo. Retienen la humedad necesaria para el crecimiento de los vegetales.
- Partículas de mayor tamaño que las anteriores, como arena y piedras. Dan más porosidad a estos suelos, característica que permite la entrada de oxígeno, facilitando el crecimiento de las raíces.
- Sustancias químicas. Sirven de nutrientes a los vegetales, al adicionar abonos como salitre (nitrato de sodio), urea, guano, etcétera, que aumentan el contenido nutritivo de estos suelos.
Suelos pardos de praderas: se observan en regiones con lluvias moderadas. Son adecuados para el cultivo de granos (trigo, cebada, etcétera). También en estos suelos se cultivan pastizales, que facilitan la crianza de ganado.
Suelos de las montañas: aptos para el desarrollo de árboles y hierbas en distintas proporciones. Entre las montañas generalmente se forman valles con suelos muy fértiles, utilizados por el hombre para alimentar animales para engorda.
Cuidados del suelo
Como los suelos son tan útiles para el hombre, se deben cuidar para impedir su agotamiento. Algunas formas para hacerlo son:
Rotación de cultivos: significa que en una época se hacen cultivos con plantas que consumen nitrógeno del suelo, y en la época siguiente se cultivan plantas que son capaces de fijarlo.
Utilizar fertilizantes: a los suelos se le proporcionan elementos fosfatados, nitrogenados y potásicos, necesarios para el crecimiento de los vegetales.
Utilizar abonos: implica agregar a los suelos materias orgánicas en descomposición, esenciales para los cultivos.

Características y compuestos del suelo
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Caprichos de la geósfera.
Vimos que el suelo es la cubierta superficial de la Tierra. Compuesto por minerales y partículas orgánicas producidas por la acción del agua y procesos de desintegración orgánica, el suelo terrestre es el lugar donde se realiza la mayoría de las actividades del hombre. En esta capa terrestre el ser humano ha sido capaz de generar alimentos (agricultura), criar animales (ganadería), explotar los bosques (silvicutura) y los minerales (minería).
Además, aprendiendo las características y composición del suelo, el hombre ha desarrollado la construcción de viviendas y caminos.
Dependiendo de la ubicación y zona geográfica, la composición del suelo va cambiando. La estructura física está determinada por el material geológico, la cubierta vegetal, la topografía, y los cambios que las mismas actividades humanas han provocado en él.
La agricultura, beneficiosa indiscutiblemente para la vida del hombre, priva al suelo de su cubierta vegetal, dejándola indefensa frente a la erosión del agua y del viento. Sin embargo, los agricultores en la medida que han conocido qué componentes minerales y orgánicos tiene el suelo, como la aireación y permeabilidad, han desarrollado mejoras en la producción de cosechas. Cada planta y cultivo tiene un determinado tipo de suelo.
Conocer la características del suelo, ya sea su textura, solidez o estructura, ha revestido para el hombre grandes ventajas, sobretodo en el aspecto de la construcción. Enormes edificios, largas carreteras, edificación de ciudades enteras y obras maestras de la ingeniería son los beneficios de estos conocimientos. Y no solamente sobre la tierra, sino que también bajo ella.

Componentes del suelo
- compuestos inorgánicos, no disueltos, producidos por la meteorización y la descomposición de las rocas superficiales. El suelo posee varias partículas, de diferentes tamaños, principalmente la piedra, arcilla y grava. Las pequeñas sirven como depósito de nutrientes y también determinan en gran medida la capacidad del suelo para almacenar agua, elemento vital para el crecimiento de las plantas.
- los nutrientes solubles utilizados por las plantas
- distintos tipos de materia orgánica, viva o muerta, formada por restos vegetales y animales. Aquí está la materia orgánica llamada humus. La materia orgánica representa entre el 2 y el 5 por ciento del suelo superficial de las zonas húmedas, siendo menor a 0,5 por ciento en los áridos y mayor de 95 por ciento en los suelos de turba.
- gases y agua requeridos por las plantas y por los organismos subterráneos. Entre los gases encontramos grandes cantidades de oxígeno (metabolismo y crecimiento de las plantas), dióxido de carbono disueltos y nitrógeno. El agua o solución del suelo es importantísima ya que por este medio los nutrientes son absorbidos por las raíces. Su ausencia produce esterilidad en el suelo.

Litósfera y relieve
pliegues
Pliegues rocosos.
La litósfera es la capa más diversa y cambiante, ya que se influye de fuerzas exógenas como los movimientos orogénicos y epirogénicos; y endógenas como la meteorización y erosión, las que sumadas configuran las variaciones en el relieve terrestre.
Formación del relieve: comprende las partes altas como montañas, mesetas y las partes bajas como las llanuras, valles y depresiones. El relieve se origina por:
- El diastrofismo: que son los movimientos epirogénicos que afectan a la litósfera en forma horizontal, influyendo a su vez en los continentes y movimientos orogénicos verticales que originan las montañas, pliegues, fallas y sismos.
- Los plegamentos: causados por los movimientos distróficos donde la corteza se arquea: la parte más alta se llama anticlinal que forma montañas y mesetas; y la parte más baja se llama sinclinal formando valles y depresiones.
- Las fallas: se origina de los movimiento epirogénicos y orogénicos que forman fracturas de la litósfera.
- Los volcanes: ocurre con el rompimiento de la corteza terrestre en donde el magma se eleva en estado de fusión. La lava que sale del volcán es una combinación de magma y  gases que luego se enfrían para convertirse en rocas.
- Los sismos: la corteza terrestre se mueve debido a fuerzas erógenas y vulcanismos.
magma
Chimeneas volcánicas
(ampliar imagen)
Modelación del relieve: el cambio de relieve se debe a la actividad de los humanos y a factores externos como la meteorización y erosión.
- Las montañas son la parte más alta del relieve terrestre. Las montañas cambian el clima debido a la altitud. Se puede notar que las lluvias son más abundantes en las montañas que en los llanos, existe menor temperatura y hay menos población humana.
- Las mesetas son formaciones planas de relieve. Tiene de 500 a 5.000 metros. En ella se encuentran grandes poblaciones, vías de comunicación e industrias.
- Los valles se originan de depresiones y cursos de ríos y sedimentación junto con la erosión. Son de gran utilidad en la agricultura y ganadería.
- Las depresiones se forman por los movimientos distróficos y se ubica entre montañas.

Para ver Ficha de trabajo Aquí

HIDRÓXIDOS Y ÁCIDOS

FUNCIÓN HIDRÓXIDOS

Base.acido